El aire es una mezcla incolora, inodora e insípida de distintos gases, fundamentalmente nitrógeno y oxígeno. Por lo general, contiene contaminantes naturales en forma de partículas sólidas de polvo, arena, hollín y cristales de gas. El tipo de contaminación varía en función del entorno y la altitud.
Es especialmente rentable secar solo el aire comprimido que realmente necesita el consumidor. El potencial completo de ahorro solo podrá aprovecharse cuando el aire comprimido se seque conforme a las necesidades que plantea la aplicación. Por lo general, se requiere la máxima fiabilidad y la disponibilidad inmediata del aire comprimido seco. Esto se aplica en igual medida en áreas de laboratorio o en aplicaciones en naves industriales o en áreas exteriores, en aplicaciones móviles o estáticas.
Los secadores de adsorción se basan en el principio de que la humedad siempre migra hacia el medio más seco posible. Así, eliminan el vapor de agua del aire comprimido haciéndolo pasar por un material desecante adsorbente.
La fiabilidad del filtrado es fundamental para combatir los problemas derivados de la entrada de contaminación en el sistema de aire comprimido. La contaminación en forma de suciedad, aceite y agua puede provocar los siguientes problemas:
Cuando el aire comprimido se refrigera en refrigeradores posteriores o en secadores frigoríficos, hay condensación de agua.
Los purgadores automáticos son una parte esencial dentro de un sistema de aire comprimido. Descubre cómo funcionan los sistemas de purgas en aire comprimido.